Los asistentes virtuales han trascendido enormemente desde sus modestos inicios como simples chatbots. A lo largo de décadas, han pasado por una metamorfosis notable que ha revolucionado la manera en que interactuamos con la tecnología. Este viaje, desde la pionera Eliza hasta la sofisticada inteligencia artificial conversacional de hoy, está marcado por hitos significativos que delinean su evolución.

En los años 60, Eliza, un programa de procesamiento del lenguaje natural, asombró al mundo al mantener conversaciones simuladas con humanos. En las décadas siguientes, surgieron sistemas expertos como MYCIN, capaces incluso de realizar diagnósticos médicos. Los años 90 vieron la llegada de interfaces gráficas y reconocimiento de voz, dando paso a asistentes como Apple Assistant y Microsoft Bob.

Con el advenimiento de la web y la inteligencia artificial en los 2000, los chatbots se volvieron más sofisticados. El debut de Siri de Apple en 2011 marcó un punto de inflexión. La década siguiente consolidó asistentes como Alexa de Amazon, Google Assistant y Cortana de Microsoft, integrándose en hogares inteligentes, altavoces y dispositivos móviles.

En la actualidad, los asistentes virtuales se han vuelto más inteligentes y personalizados gracias al aprendizaje automático y al análisis de datos. Esta evolución ha desencadenado una ola de transformación económica, impactando diversas áreas:

Aumento de la productividad: Automatizando tareas repetitivas, liberan tiempo para actividades de mayor valor.

Mejora de la atención al cliente: Ofrecen soporte 24/7, resolución rápida de problemas y experiencias personalizadas.

Optimización de procesos comerciales: Analizan datos para la toma de decisiones estratégicas.

Creación de nuevos modelos de negocio: Facilitan la creación de plataformas y servicios innovadores.

Impulso al comercio electrónico: Simplifican las compras y pagos, mejorando la experiencia del cliente.

En América Latina, la adopción de asistentes virtuales está en auge. Factores como la penetración de smartphones, el interés en la domótica y la necesidad de mejorar la atención al cliente impulsan su crecimiento. Ejemplos como LORENA. el asistente virtual desarrollado por FirmWare en Colombia, demuestran la innovación local en este campo.

La diferencia entre los asistentes virtuales inteligentes y los chatbots primitivos es como un salto cuántico. Los primeros comprenden el lenguaje natural, se adaptan al usuario y se integran con otras tecnologías. Pueden realizar tareas complejas como reservar citas, gestionar finanzas y controlar dispositivos.

Estos asistentes virtuales tienen un alcance amplio, abarcando industrias como atención al cliente, salud, finanzas, educación, comercio minorista y automatización del hogar. Su futuro promete un potencial ilimitado para transformar la forma en que vivimos, trabajamos e interactuamos con el mundo que nos rodea.

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